segunda-feira, 7 de novembro de 2016

Registro. Encontro Fraterno com Divaldo Franco 2016 Praia do Forte, BA

05 de novembro – manhã
“A felicidade se estabelece quando os dois níveis – físico e mental – harmonizam-se, ensejando o prazer emocional e transpessoal.” (Joanna de Ângelis/Divaldo Franco)
Em simetria com a bela manhã que se fez um belo presente, o momento artístico, preparando o ambiente para o desenvolvimento do tema – Curando feridas, mágoas e ressentimentos -, se constituiu em beleza de harmonia de som e voz produzida por Flávio Benedito ao piano, e a destacada soprano Vanda Otero.
Atendendo ao escopo do Encontro, Divaldo Franco propôs uma pergunta: Se você não soubesse a idade que tem, que idade gostaria de ter? Ficando a resposta para ser construída por cada um mais tarde, o dinâmico e sereno conferencista apresentou algumas observações sobre a providência divina, nem sempre aceita ou compreendida pelos homens, principalmente pelos que são os seus protagonistas. Ao olhar-se, distanciados dos fatos, os atentos observadores concluem que tudo transcorreu dentro de uma lógica e dos propósitos de evolução.
Trabalhando os Quatro Gigantes da Alma propostos por Emilio Mira y Lopes (1896-1964), sociólogo, médico psiquiatra e psicólogo, autor da obra de mesmo nome, Divaldo Franco foi descortinando esses gigantes, apresentando-lhes os nomes, discorrendo sobre o seu surgimento e os efeitos na alma humana. São eles: o medo, a ira, o amor e o dever.
Apoiando-se, principalmente nos estudos e nas análises do Professor Mira Y Lopes, o Embaixador da Paz no Mundo falou sobre as fases pelas quais passou a manifestação do pensamento. A primeira, o pensamento arcaico, depois segue-se o período pré-mítico, e a do egotismo, e por último a da razão, da lógica.
Ao despertar para o amor, o homem se faz benevolente, desdobra-se para propiciar paz e harmonia aos seus semelhantes, onde a abnegação é constante, e por conseguinte viver a fase do dever, torna-se uma prazer, mesmo que aos olhos dos observadores externos possa parecer penoso. O exemplo maior é Jesus, cujos ensinos levará as criaturas a receberem o Cristo na intimidade do ser. Neste ponto, e para estes que possuem o Cristo interno, o amor se universaliza.
Joanna de Ângelis - Espírito, estudiosa do comportamento humano propõe que as palavras culpa e pecado, com seus significados psicológicos e teológicos da atualidade, sejam substituídos pelo vocábulo responsabilidade, entendendo que responsável é todo aquele que já possui condições de reparar o prejuízo ou dano moral ao semelhante.
Traçando o caminho que o homem palmilhou através de sua história, Divaldo desvela, com muita lógica, as fases da autoconstrução do homem na Terra, evoluindo material, espiritual, social e psicologicamente.
Após breve intervalo, quando todos os participantes posaram para a foto oficial, o anfitrião passou a percorrer as quatro estradas psicológicas que levarão a humanidade a alcançar a prática do amor incondicional, atendendo a Lei Divina. Fazendo uso dos pontos cardeais, para configurar Israel, Divaldo situou ao norte a cidade de Damasco, ali Saulo transformou-se em Paulo, o Apóstolo dos gentios. Assim, Damasco simboliza a conversão.
Ao sul está situada Jerusalém, cujo significado é o testemunho, sustentado através da inteireza moral. Viajando para o leste, a cidade símbolo é Jericó, caracterizada pela solidariedade. Indo na direção oposta, saindo de Jerusalém, para o oeste, a estrada conduzirá para Emaus, quando um peregrino especial acompanha na caminhada dois viajantes. O peregrino é então convidado a pernoitar, fazendo companhia aos dois, aceitando, depreende-se que o significado não pode ser outro a não ser o do acompanhamento.
Neste traçado geográfico nota-se a figura da cruz, um símbolo que tornou-se ponte entre a terra e o céu, ligando os homens a Deus. Concluindo o módulo, Divaldo foi efusivamente aplaudido de pé.
Fotos: Jorge Moehlecke
Texto: Paulo Salerno


(Texto em português recebido em email de Jorge Moehlecke)



ESPANHOL


ENCUENTRO FRATERNO CON DIVALDO FRANCO 2016.
05 de Noviembre por la mañana

La felicidad se instala cuando los dos niveles –el físico y el mental– están en armonía, dando lugar al placer emocional y transpersonal. (Joanna de Ângelis/Divaldo Franco)
    En correspondencia con la agradable mañana, que se convirtió en un bello presente, el momento artístico, preparando el clima ambiental para el desarrollo del tema –Curando heridas, disgustos y resentimientos-, se convirtió en una belleza armoniosa entre el sonido y la voz, producida por Flávio Benedito en el piano, y la destacada soprano Vanda Otero.
    Atento al objetivo del Encuentro, Divaldo Franco propuso una pregunta: Si usted no supiera qué edad tiene, ¿qué edad le gustaría tener? La respuesta quedó pendiente, para que cada uno la elaborase más tarde, el dinámico y sereno conferencista expuso algunas reflexiones, acerca de que la Providencia Divina no siempre es aceptada o comprendida por los hombres, y principalmente por aquellos que son sus protagonistas. Al observarse, alejados de los acontecimientos, los atentos observadores arriban a la conclusión en cuanto a que todo transcurrió dentro de una cierta lógica, y de los propósitos relativos a la evolución.
    Haciendo reflexiones acerca de los Cuatro Gigantes del Alma, propuestos por Emilio Mira y Lopez(1896-1964), sociólogo, médico psiquiatra y psicólogo, autor de la obra del mismo nombre, Divaldo Franco fue develando esos gigantes, e hizo mención a sus nombres, además de reflexiones sobre su aparición y sus efectos en el alma humana. Son ellos: el miedo, la ira, el amor y el deber.
    Sobre la base, principalmente, de los estudios y los análisis del Profesor Mira y Lopez, el Embajador de la Paz en el mundo hizo alusión a las fases por las cuales pasó la manifestación del pensamiento. La primera, el pensamiento arcaico; le sigue después el período pre-mítico y la fase del egotismo y, por último, la de la razón y de la lógica.
    Al despertar al amor, el hombre se vuelve benevolente, se desdobla para propiciar paz y armonía a sus semejantes, donde la abnegación es una constante y, por consiguiente, vivir la fase del deber se convierte en un placer, aun cuando para la mirada de los observadores externos pueda parecer penoso. El ejemplo máximo es Jesús, cuyas enseñanzas llevarán a que las criaturas reciban al Cristo en la intimidad de su ser. En este punto, y para quienes poseen el Cristo interno, el amor se universaliza.
Joanna de Ângelis -Espíritu-, estudiosa del comportamiento humano, propone que las palabras culpa y pecado, con sus significados psicológicos y teológicos de la actualidad, sean sustituidas por el vocablo responsabilidad, entendiendo que responsable es todo aquel que ya posee condiciones para reparar el perjuicio o daño moral al semejante.
    Al trazar el camino que el hombre recorrió a través de su historia, Divaldo devela, con mucha lógica, las fases de la autoedificación del hombre en la Tierra, a través de la evolución material, espiritual, social y psicológica.
    Después de un breve intervalo, cuando todos los participantes posaron para la foto oficial, el anfitrión pasó al recorrido de las cuatro estradas psicológicas, que conducirán a que la humanidad acceda a la práctica del amor incondicional, atendiendo a la Ley Divina. Recurriendo a los puntos cardinales, para configurar Israel, Divaldo ubicó en el norte la ciudad de Damasco, alli Saulo se transformó en Pablo, el Apóstol de los gentiles. Por consiguiente, Damasco simboliza la conversión.
    Al sur está situada Jerusalén, cuyo significado es el testimonio, sustentado a través de la integridad moral. Cuando se viaja hacia el este, la ciudad símbolo es Jericó, caracterizada por la solidaridad. Si se va en Ia dirección opuesta, saliendo de Jerusalén hacia el oeste, la ruta conducirá a Emaús, cuando un peregrino especial acompaña el recorrido de los viajeros. El peregrino, entonces,  es invitado a pernoctar, haciendo compañía a los dos, y acepta. Se deduce que el significado no puede ser otro que el de acompañamiento.
    En este trazado geográfico se observa la figura de la cruz, un símbolo que se convirtió en puente entre la Tierra y el Cielo, vinculando los hombres a Dios. Al concluir el módulo, Divaldo fue efusivamente aplaudido de pie.
Fotos: Jorge Moehlecke
Texto: Paulo Salerno

(Texto em espanhol recebido da tradutora MARTA GAZZANIGA [marta.gazzaniga@gmail.com])

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