SEMINARIO LIBÉRATE DEL MAL con DIVALDO FRANCO - SP, 21/02/16.
Divaldo comienza el tercer y último día del seminario, hablando acerca de los orígenes y las causas de la situación actual de la sociedad.
Evoca al filósofo Francis Bacon (1561-1626) y a su declaración, acerca de que una filosofía superficial conduce al hombre al materialismo, y que en contrapartida, una filosofía profunda conduce a la criatura humana a la verdadera religión.
Alude, también, a Blaise Pascal (1623-1662), un filósofo francés que afianzó su posición acerca de un asunto que dominó a la humanidad durante los siglos XVI y XVII: el Materialismo (el Atomismo), contrapuesto a la Religión (existencia de Dios). Científico renombrado, redactó ensayos filosóficos, que reunió en el libro Les pensées (Los Pensamientos, Editora Martin Claret), donde aborda los temas de Le sprit de Géometrie (o Espíritu de Geometría, que representa la razón del cálculo, analítica, instrumental, que se dedica a investigar y entender la materia y las leyes que la gobiernan; que impulsó el progreso de la humanidad y cambió la faz de la Tierra) y Le sprit de Finesse (Espíritu de Gentileza, que representa la razón cordial -apoyada por la lógique du coeur, la lógica del corazón– que se dedica a las relaciones sociales y humanas, a la ciencia que estudia la subjetividad de la vida y del sentido, y el real objetivo de la vida y de la espiritualidad).
El Espíritu de la Razón y el de la Gentileza, no son antagónicos ni excluyentes sino, por el contrario, ambos son necesarios para la existencia humana.
No obstante, el Espíritu de la Razón llega a prevalecer, y comanda los destinos de la humanidad en detrimento de la Gentileza, a tal punto que hoy vivimos la dictadura de la Razón.
Así, comenzamos a elegir las metas inmediatistas y materiales, y la felicidad -falsamente elegida- es TENER, en detrimento del SER. Y el hombre ha perdido la dirección de Dios.
Como consecuencia, la humanidad cosecha –a consecuencia de sus elecciones – el panorama de la actualidad: violencia -en el ámbito doméstico y colectivo-; la vida pierde su significado trascendental. La religión pasa a asemejarse a un club, adonde las criaturas van solamente en ocasiones sociales, o cuando no tienen otra actividad prioritaria.
Esa situación es brillantemente ilustrada por Divaldo, a través de la narración de la vida de la asistente social Eunice Weaver (1902-1969), que en la década de los '50 (siglo XX), con altruismo, se puso en acción para crear los Preventorios (albergues para cuidar a niños saludables, hijos de los hansenianos, y evitar que la conv¡vencia íntima acabara por contaminarlos) con lo que salvó miles de vidas en todo el Brasil.
Eunice Weaver –cuyo pensamiento estaba sintetizado en la frase El verdadero ideal es el Arte de Servir- murió en 1969, y solamente 84 personas concurrieron a su velatorio. La prensa casi nada informó. Las revistas reservaban espacio para comentar con todos los detalles, la separación de Brigitte Bardot del play-boy y multimillonario alemán Gunter Sachs.
Enfatizando la paradoja de la falsa felicidad que el TENER nos proporciona, Divaldo narra la historia del Rey Creso (siglo V a.C.) de Lidia (una parte de la actual Turquía), quien era considerado el hombre más rico del mundo, en su época; quien se autodenominaba el hombre más feliz por la fortuna. Solón, uno de los siete sabios de Grecia, mientras tanto, lo alertó en cuanto a que la felicidad, solamente puede ser evaluada al final de la existencia. Orgulloso y arrogante, Creso despreció la enseñanza del sabio, pero los acontecimientos de la vida terminaron por enseñarle la verdad.
El Ego, la máscara que sujetamos al rostro -que lucha por defender a cualquier precio nuestra individualidad-, nos esclaviza, impidiendo que experimentemos la plenitud, y nos encarcela en el sufrimiento y la frustración, con el propósito de que no logremos alcanzar las metas frívolas e inmediatas, aguardando nuestra decisión firme, además de la resolución, en cuanto a abandonar la armadura que nos impide el gozo de la verdadera felicidad.
Jesús, por intermedio de los Obreros de su incondicional Amor, aguarda nuestra decisión de enfrentar los desafíos existenciales con optimismo, con constancia en el propósito.
Cuando nos equivocamos no debemos desistir. Scheilla -la sublime enfermera alemana- le enseñó a Divaldo: Cuando retornamos al Ámbito Espiritual, Jesús no nos pregunta qué hemos hecho de malo. No le interesa. Él nos pregunta a qué aspiramos para mejor, qué deseamos.
Para liberarnos del mal, pensemos en el bien. Todas las veces que surjan pensamientos pesimistas, negativos, depresivos, sustitúyalos por pensamientos positivos, optimistas, alegres y joviales.
Allí, en un rincón de la capital paulista, cerca de 3 centenas de almas salen con destino a sus hogares. Retornan diferentes, muy diferentes de cuando llegaron allí.
En la mente, nuevos pensamientos y una nueva voluntad: permitir que brille el Self, aquello que realmente somos, que se encuentra transitoriamente ensombrecido por nuestro Ego.
En lo profundo de cada uno, la enseñanza de Jesús: Donde esté vuestro tesoro (los valores, los ideales), allí también estará vuestro corazón.
Texto: Djair de Souza Ribeiro Fotos: Sandra Patrocínio
(Texto em espanhol recebido da tradutora MARTA GAZZANIGA [marta.gazzaniga@gmail.com], Buenos Aires, Argentina)
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