domingo, 3 de julho de 2016

Registro. Divaldo Franco - Conferência em Cartagena, Colômbia


08/06/2016

Em continuidade às comemorações do 22º aniversário do Centro Espírita Joanna de Ângelis, de Cartagena, Colômbia, a 8 de junho de 2016, Divaldo Pereira Franco proferiu Conferência, no auditório do Hotel Dorado Plaza, sobre Reencarnação e Justiça Divina. 
Iniciou sua fala, com as palavras do filósofo grego imortalista Pitágoras: A alma é uma chama oculta. Quando lhe colocamos os santos óleos do amor, ela se ilumina toda. Quando nos descuidamos, diminui a sua claridade, desaparece e se extingue. 
A vida é única, mas as existências corporais são muitas. Entramos e saímos do corpo com a mesma naturalidade com que vestimos determinada vestimenta e depois a abandonamos. Vamos acumulando experiências, apresentando conquistas positivas em cada etapa, diminuindo as negativas na medida em que logramos aprendizado.

Ao estudar a criatura humana, Allan Kardec a apresentou como um corpo, períspirito e Espírito. Ao perispírito compete manter a memória, as conquistas, as atitudes. 
Sequencialmente, Divaldo apresenta as diferentes posturas com relação à reencarnação no Egito, a Grécia antiga, a Índia. 
Jesus ensinou a reencarnação, falando da multiplicidade das existências, conforme se encontra no Evangelho de João, que narra seu encontro com Nicodemus, asseverando que é necessário nascer de novo, da água e do Espírito, para entrar no reino dos céus. 
O que é nascer da água? Refere-se à primeira forma de manifestação de vida animal – a união do espermatozoide, uma partícula gelatinosa, com o óvulo, outra gotícula d´agua, que forma o ovo. 
A reencarnação somente foi retirada do Evangelho no ano de 553, no Concílio de Constantinopla. 
Enfatiza a questão da liberdade de semeadura e obrigatoriedade da colheita e de que a Doutrina Espírita nos recomenda a caridade moral, de ternura, de amor ao próximo, de ajuda, de trabalho, de cultura, de desenvolvimento da cidadania. 
Encerra com a oração de Francisco, o Sol de Assis.
           
                Diana Burgos.
               Tradução sintetizada de Maria Helena Marcon.


(Texto em português recebido em email de Jorge Moehlecke)


Espanhol


DIVALDO FRANCO - Conferencia en Cartagena, Colombia, 08/06/2016.


Para proseguir con las conmemoraciones del 22º aniversario del Centro Espírita Joanna de Ângelis, de Cartagena, Colombia, el 8 de junio de 2016, Divaldo Pereira Franco pronunció una conferencia en el auditorio del Hotel Dorado Plaza, sobre Reencarnación y Justicia Divina. 
Dio comienzo a su disertación, con las palabras del filósofo griego inmortalista Pitágoras: El alma es una llama oculta. Cuando le colocamos los sagrados óleos del amor, esta se ilumina toda. Cuando nos descuidamos, disminuye su luminosidad, desaparece y se extingue. 
La vida es única, pero las existencias corporales son muchas. Entramos y salimos del cuerpo con la misma naturalidad con que nos ponemos una determinada vestimenta y después la abandonamos. Vamos acumulando experiencias: presentamos conquistas positivas en cada etapa; disminuimos las negativas a medida que logramos el aprendizaje.

Al estudiar a la criatura humana, Allan Kardec la presentó como un cuerpo, un periespíritu y un Espíritu. Al periespíritu le compete conservar la memoria, las conquistas, las actitudes. 
Sucesivamente, Divaldo presenta las diferentes posiciones con relación a la reencarnación, en Egipto, en la Grecia antigua, y en la India. 
Jesús enseñó la reencarnación, hablando de la multiplicidad de las existencias, conforme con lo que consta en el Evangelio de Juan, que narra su encuentro con Nicodemo, afirmando que es necesario nacer de nuevo, del agua y del Espíritu, para entrar en el Reino de los Cielos. 
¿Qué es nacer del agua? Se refiere a la primera forma de manifestación de la vida animal: la unión del espermatozoide, una partícula gelatinosa, con el óvulo, otra diminuta gota de agua, que forma el huevo. 
La reencarnación fue retirada del Evangelio en el año 553, en el Concilio de Constantinopla. 
Enfatiza la cuestión de la libertad de siembra y de la obligatoriedad de la cosecha, y en cuanto a que la Doctrina Espírita nos recomienda la caridad moral, de ternura, de amor al prójimo, de ayuda, de trabajo, de cultura, de desenvolvimiento de la ciudadanía. 
Finaliza con la oración de Francisco, el Sol de Asís.
           
                Diana Burgos.
               Traducción sintetizada de Maria Helena Marcon.


(Texto em espanhol recebido da tradutora MARTA GAZZANIGA [marta.gazzaniga@gmail.com])